lunes, 7 de junio de 2010

Día 1: Mamani llega Sudáfrica

Es su hora. Por fin le tocó recibir el reconocimiento negado durante tres décadas: el último futbolista combativo, Giorgio Mamani, llegó a Sudáfrica para participar del Anti-Mundial. El mega evento, organizado por el Movimiento Globalifóbico, el Partido Verde de Alemania, y el mandelismo disidente -el ala díscola del Congreso Nacional Africano-, pretende ser la contracara del pelotización capitalista encarada por los organismos multilaterales como la FIFA.

“Mientras algunas marcas deportivas llaman al ´Juego Bonito´, nosotros convocamos a ´jugar comprometidos´, plantean los organizadores del encuentro político que opacará a la cita deportiva y tendrá como máxima figura a Giorgio Mamani, el goleador clandestino, un delantero que siempre estuvo en la vanguardia del fútbol y las ideas.

La llegada a Sudáfrica de este ex futbolista, buscado por Interpol, generó muchas especulaciones: muchos creían que ingresaría al país a bordo de un pesquero filipino, mientras otros decían que arribaría en un avión negro. Nada más errado: para no perder la costumbre, después de vivir varias décadas en la clandestinidad, volvió a utilizar un nombre falso e ingresó al país disfrazado de camarógrafo de la televisión sueca. Su ingenio le impidió ser detenido en los duros controles del aeropuerto de Johannesburgo, Oliver Reginald Tambo. "Tambo es una palabra quechua y me dará buena suerte", había declarado a sus allegados antes de partir.

Estaba en lo cierto: allí, los oficiales policiales y agentes aduaneros se habían concentrados en repeler a los barra bravas argentinos sin advertir que, Giorgio Mamani, es mucho más peligroso que todos esos muchachotes subidos de peso, que necesitan reafirmar su masculinidad a los golpes.

Tampoco la corporación de periodistas deportivos notó su presencia. Aunque lo hubieran visto meando en el hall central de la terminal aérea jamás lo habrían mencionado en sus crónicas: una férrea censura cae sobre Giorgio y recién ahora su figura comienza a ser vislumbrada por las nuevas generaciones. Silenciado por las huestes de periodistas reaccionados, ocultados por los funcionarios acomodaticios y por futbolísticas sólo interesados en vender zapatillas, la historia de Giorgio Mamani permace acallada. Tal vez sea momento de dar a conocer.


Durante el próximo mes, estaremos siguiendo a Giorgio Mamani en su gira sudafricana y contaremos cada instancia del anti-Mundial.

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